Y de repente llega un día… y ocurre… No sabes ni cómo ni porqué… pero lo sientes… De repente conectas con alguien… sientes algo que difícilmente puedes explicar. Habías escuchado a algunos amigos tuyos que hablaban de la energía, otros de «volar», otros de conectar siendo uno solo…
Tú, no podrías definirlo exactamente, pero sientes una sensación que jamás antes habías experimentado bailando… Sientes que estás increíblemente a gusto, que te quedarías así horas y horas, que no quieres figuras, ni barridos, ni piernas ni brazos volando… Tan solo quieres quedarte así BAILANDO y SINTIENDO, hasta que acabe el mundo… Sientes también (no nos preguntes por qué), que hay algo de esa persona que te transmite bienestar, tranquilidad y (de alguna forma difícil de explicar) cariño, mucho cariño.
Piensas que, en este preciso momento es cuando todo lo que te llevan contando durante tanto tiempo sobre la conexión de la Kizomba y de su abrazo, cobra sentido. Que todos esos días en los que te ibas frustrad@ a casa, han merecido la pena por este momento que no quieres que acabe nunca…
De repente, es como si tu cuerpo fuera solo, como si la música estuviera moviendo tu cuerpo y el de tu pareja con hilos. Y cada movimiento que haces, está perfectamente acompasado y en armonía con el de tu pareja. Pero no es porque tú le sigas o tú le hagas seguirte, es algo difícil de explicar… es como si los dos cuerpos estuvieran unidos en un único ser y se movieran como uno solo.
No piensas en nada, no quieres pensar en nada… solo quieres cerrar los ojos, sentir y dejarte llevar por la música y por esta conexión que acabas de encontrar…
En ese momento no existe el tiempo, no existe el espacio, tan solo existe la música y la conexión que estás sintiendo con tu pareja. Es algo que poca gente que no haya bailado Kizomba podría entender, por eso, muchas veces, es un regalo que te llevas a casa y prefieres no compartir con nadie que no sea de este círculo.
Cuando te ocurre esto por primera vez, entiendes muchas cosas acerca de la Kizomba, cosas que te habían contado pero que no terminabas de entender…
Después de esto, de este día, además de volverte con una sonrisa de oreja a oreja a casa, la Kizomba cambia un poco de sentido y da un salto de importancia, en lo que te aporta y en lo que habías sentido hasta este momento.
Y dentro de ti, también hay una parte que ha cambiado y que ya no volverá a ser igual… ahora seguirá buscando esa CONEXIÓN que acabas de experimentar y que ansías volver a encontrar.
* Foto by Полина Костромитина (Polina Kostromitina)
Maria
No se puede explicar mejor, deseando volver a sentirlo
El Blog de Kizomba
Gracias María por escribir. Nos alegra ver que te ha gustado 😉 Un saludo
Vanesa
Exactamente eso es lo que viví! Lo que aún tengo que digerir es como después del abrazo “mágico” te vuelves otra vez dos extraños, de aquel chico solo se su nombre y probablemente no le vuelva a ver… Creo que es pura energía que la mente, con sus esquemas de como hay que relacionarse, no llega a comprender…
Kizombillo
Yo empecé bailando kizomba tradicional, no soy experto, ni tan siquiera nivel medio, y disfrutaba muchísimo. En mi zona ahora se lleva más el urban-kiz y ya no disfruto para nada igual, sino que hay que estar pensando en darle al pie a la chica para que lo levante por encima de la cabeza o en que ahora viene un arrastre con salto inicial … pierdo la conexión, ya no disfruto 🙁
El Blog de Kizomba
Gracias Rafael por tu aportación. Te animamos a que busques sociales donde pongan más el tipo de música que te gusta y congresos que sean más de ese estilo 😉 Un saludo y ¡a seguir bailando!
Pierre
Jamas en mi vida había bailado nada. Por casualidades de la vida descubrí la kizomba hace 3 meses y mi vida ha cambiado.
Vivo en Francia y en mi zona las escuelas solo hacen una clase semanal… asi que estoy inscrito en 3 escuelas… necesito bailar ?? ?
un abrazo
El Blog de Kizomba
¡Cómo nos alegra escuchar eso Pierre! 🙂 A muchísima gente nos ha cambiado la vida. Nos encanta escuchar eso de estar inscrito en 3 escuelas para bailar más de una vez por semana 😀 ¡Si es que la Kizomba se hace adictiva! Un abrazo y que sigas disfrutando de ella 😉