Hoy vamos a hablar de Albir Rojas, una de las figuras internacionales referencia de la Kizomba, uno de los artistas que empezaron a aparecer primero en Youtube con vídeos de algo que (cuando salió) la gente no sabía bien qué era pero quería saber más, incluso aprenderlo.
Hoy vamos a hablar de Albir pero también de evolución, y queremos enseñaros dos vídeos que muestran de qué forma y cuánto ha evolucionado este artista y profesor.
Queremos decir que este artículo lo hacemos con todo el cariño hacia Albir y para mostrar a la gente de qué forma el estilo y una persona pueden evolucionar adaptando el baile a su manera de ser y de bailar, y adaptándose al estilo del momento. Creemos que este profesional es de los mejores para poner en este ejemplo de cómo evolucionar bailando.
El primero vídeo es en torno a 2012 (si alguien sabe exactamente la fecha que nos lo diga para corregirlo), hace 5-6 años. Vemos que los pasos son muy marcados, un poco bruscos podríamos decir para el estilo de ahora. Eso de juntar las cabezas cuando sacas a la chica (minuto 0:43) digamos que tampoco se lleva en la actualidad. Y digamos que si viéramos ahora mismo esa forma de bailar no encajaría con la forma que existe ahora. En su defensa hay que decir que no solo su estilo era así, sino que el estilo de la Kizomba en esa época era de esa forma.
Y este vídeo es de 2017, con una canción espectacular de 2008 (que ahora se vuelve a escuchar) que se llama Touch me – Tó Semedo. Vemos este vídeo y no tiene nada que ver con el anterior. Este es suavidad, sentimiento, elegancia y musicalidad todo unido en 4 minutos y medio que te dejan hipnotizados. Puedes notar cómo Albir está sintiendo la música, la está expresando con su cuerpo y esa forma de interpretarla la está percibiendo su pareja de baile Graziana. Es como si para ellos dos en ese momento estuvieran los dos solos bailando esa canción. Es algo mágico.
Este vídeo demuestra que no hace falta hacer virguerías para bailar Kizomba. Exceptuando salidas de chica, en todo el vídeo Albir no saca/abre a Graziana, la tiene todo el tiempo en posición cerrada. Y nadie podrá decir ni que no es bonito, ni que ella se aburre, ni que los dos están disfrutando de ese baile.
Esperamos que os haya gustado esta comparación y que hayáis aprendido algo de cómo se bailaba hace unos años y cómo se baila ahora. Cómo veis un buen bailarín se adapta y va evolucionando conforme el baile también lo hace.
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